Se trata de un arbusto que mide entre 3 y 6 metros, pero en algunos casos ha llegado a los 8 metros. La única parte que se utiliza del mismo por sus propiedades medicinales son las hojas.
Además de su acción digestiva y protectora hepática, el boldo también es antioxidante, antinflamatorio, fungicida (elimina los hongos). Es recomendado para trastornos gastrointestinales, disfunciones del hígado y vesícula, en casos de hepatitis, estreñimiento y dolores de cabeza originados por una mala digestión.
1 cucharadita de hojas secas
1 taza de agua hirviendo
Preparación:
Hervir el agua, volcar dentro el boldo y dejar reposar unos minutos. Endulzar con azúcar o miel.
Hervir el agua, volcar dentro el boldo y dejar reposar unos minutos. Endulzar con azúcar o miel.
Se recomienda una taza antes o después de las comidas.
Para los dolores de cabeza o migrañas, aplicar compresas embebidas en la infusión de boldo, en las sienes. Si las compresas las aplicamos sobre el vientre, ayuda a disipar las flatulencias.
No se recomienda su uso a aquellas personas que sufran de afecciones hepáticas y obstrucción de los conductos biliares. Tampoco a mujeres embarazadas, en periodo de lactancia o niños menores de 2 años.
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