La lima es un fruto muy aromático, posee una pulpa carnosa
dividida en gajos muy refrescantes ya que el 94% de su contenido es agua, por
lo tanto es una fruta diurética, aconsejable para problemas de retención de
líquidos. Rica fuente de vitamina C, así como magnesio, potasio, ácido fólico,
ácido cítrico, beta caroteno y flavonoides.
Gracias a sus aportes nos ayuda a prevenir distintas infecciones, favorece
los movimientos peristálticos de nuestro sistema digestivo, incrementa
la producción de bilis, ácidos y jugos estomacales. Es muy beneficioso para
quienes padecen de problemas en el sistema respiratorio, por tener un alto contenido en alcanfor, es
muy buen expectorante. Tiene acción desintoxicante, depurativa y
reconstituyente. Contribuye a reforzar el sistema inmunológico y combate el estrés. El jugo y el aceite de lima son utilizados
para aliviar problemas en la piel y para uso estético, ya que agregándole jugo
de lima a nuestra tina de baño, nos alivia de escozores y devuelve a nuestra piel, frescura y brillo natural, reduce los
olores corporales e incluso elimina la caspa.
Tomar jugo de lima mezclado con
agua, ayuda a bajar la fiebre y prevenir la arteriosclerosis. El té de lima, preparado con la cáscara ayuda
a combatir los gases, facilita la digestión y es un excelente
calmante del sistema nervioso. Por su bajo contenido calórico es recomendable
incluirla en dietas adelgazantes. El té, el jugo y la cascara de lima contienen
aceites esenciales con propiedades sedantes y espasmódicas. Realmente la lima
es un fruto con demasiados beneficios como para dejar de lado su consumo,
especialistas afirman que incluso su
consumo a diario previene ciertos tipos de cáncer.
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